domingo, 15 de marzo de 2015


UNA FAMILIA SEGÚN DIOS

JOSUE 24:12-18 12 Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco. 13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis. 14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. 16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; 17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. 18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios. 
Introducción:
12Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco.13Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.
La familia es importante para Dios. Y Dios siempre ha querido usar la familia, por eso la instituyó en su plan perfecto, antes que la Iglesia. Sin embargo, la familia en nuestro país está en franco deterioro, lamentablemente la situación es sumamente grave; hemos aprendido en la escuela que la familia es el núcleo de la sociedad, y si la sociedad no está conformada por familias sólida, no está estable, la sociedad tiene problemas serios.
Hace cientos de años, el imperio romano, un imperio que gobernaba grandes territorios, se vino abajo…y desapareció completamente. ¿Y por qué desapareció? Los historiadores dicen que una de las causas fue la destrucción de la familia.
El problema de la familia, no solamente le incumbe al gobierno y a la sociedad española en un situación que afecta la iglesia Directamente.
¿Cuántos pueden decir que su familia está estable o es exitosa?
Miremos la actitud de Jesús en la cruz. Aún estando ahí tenía una actitud, una conducta, un compromiso bien claro con respecto a su familia. Dice la Palabra en Juan 19:26-27, que Jesús vio a María le dijo "Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre". Para Jesús la familia es importante, para el Reino de Dios la familia es importante, para los propósitos de Dios la familia es importante. Tan importante es que en Efesio 5:22-25, se habla de los deberes del esposo, de la esposa, pero el versículo 32 dice: “Grande es este misterio; más yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”; muchas veces este versículo no se entiende que significa que el modelo de la familia no es la iglesia, sino todo lo contrario. El modelo y ejemplo para la iglesia es la familia, de la vinculación de Cristo con su iglesia. ¿Cuántas familias reflejan en su vida a Cristo?
La Palabradice en 1 Timoteo 5:8: “El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”, niega el evangelio de Jesucristo. Y Tito 1:16 dice que algunas personas “profesan conocer a Dios, pero con sus acciones lo niegan”. Una pregunta importante: ¿su familia niega su fe?, o ¿su familia es un reflejo de Cristo? Si nuestra familia refleja a Cristo, démosle la gloria a Dios. Dios.
Hay 6 cualidades de una familia que glorifica a Dios:
1. Compromiso con la vida familiar.
1 Cor 13:4-7 4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 
Es muy difícil encontrar a una familia con dos o tres décadas de vida familiar que no hayan tenido problemas, o una familia de un año de vida que no hayan tenido problemas. Muchas parejas, a los pocos años de casados, se divorcian porque no son capaces de resistir a los problemas. Toda familia desde que comienza hasta que se encuentre con el Señor, tendrá problemas, enfermedades, problemas económicos, conflictos, problemas interpersonales…y paremos de contar. Y todos, todos siempre tendremos problemas como individuos.
La diferencia entre una familia que fracasa y una que tiene éxito es el compromiso, eso hace que pueda resistir. El compromiso significa esa responsabilidad, que se tiene de salir adelante con la familia tanto en las buenas como en las malas. No son sólo palabras, se demuestra con hechos completos y específicos;
cuando hay compromiso las metas de la familia son más importantes que las metas personales, que todos los miembros de mi familia tengan éxito es más valioso que mi éxito personal. Ejemplo: si yo llego a mi casa y les digo a mis hijos que no me moleste porque estoy cansado de trabajar todo el día para lograr mi éxito…yo no puedo decir eso. Debo sacrificarme por mis hijos, y aún cansado debo ayudarles, compartir, amarles, proveerles para sus necesidades, no pensar solamente en lo mío, sino en el bien de toda la familia, porque tengo compromiso con mi familia.
2. Aprecio de unos por otros.
1 Pedro 1:22-23 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 
El aprecio hay de demostrarlo, hay que decirlo, debemos decir a nuestra pareja que le amamos, a nuestros hijos expresarles nuestro afecto.
Si hay algo que hace mucho daño es la falta de estimación personal, la falta de valoración. Una de las debilidades más fuerte de la familia es el maltrato, muchas veces no hay comprensión, sino gritos.
¿Cuánto vale su esposo, su esposa? ¿Cuánto valen sus hijos? El valor de cada uno de ellos es tan grande, que Cristo dio su vida por ellos. Y si Dios mismo fue capaz de dar la vida por mi, ¿cuánto valgo yo? Lo que vale Dios. Yo no puedo maltratar a la persona que es imagen y semejanza de Dios.
Ahora bien, si mi esposa, esposo, mis hijos valen, ¿qué significa apreciar? En el mundo mercantil es colocarle es precio, el valor que le corresponde; para Dios todos somos importante. Nuestra esposa, nuestro esposo, nuestros hijos son un tesoro; la familia es una herencia, un regalo que Dios nos ha dado. Pero con que frecuencia se nos olvida que lo que Dios nos ha dado es muy valioso.
3. Comunicación.
Col 3:12-17 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Hace algunos años atrás, la familia comía junta, se divertía junta, la sociedad de antes tenía tiempo para compartir, para comunicarse; la sociedad moderna atente contra la comunicación, todo el tiempo está evitando que nos comuniquemos, lo que tenemos es una malísima comunicación. Es importante aprender a escuchar, a captar lo que la otra persona nos dice. De la misma manera, debemos aprender a hablar.
Hay una gran diferencia en como se comunican los hombre, de cómo se comunican las mujeres. La Biblia le dice en 1 Pedro 3:7 al hombre se recomienda que trate a su esposa sabiamente, eso significa que la trate conforme al conocimiento, como esposos debemos aprender a conocer a nuestra esposa, conocer a cada uno de mis hijos y eso pasa cuando;
a. Pasan tiempo junto.  Es una tremenda necesidad en este tiempo. Todos los miembros de una familia tienen necesidades, de conversar, de descansar, de jugar, afectivas y emocionales, es una larga lista de necesidades que deben ser suplidas en la casa, de lo contrario la buscarán en otro lado. Si se cultiva el pasar tiempo juntos, esto perdurará con los años y los hijos se lo enseñarán a sus hijos.


b. Pueden resolver los problemas. 
Lucas 17:1-2 1 Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen! 2 Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos. 
 Todas las familias tienen problemas. No olvidemos que los problemas siempre van a existir y algunos conflictos; por muy maduro que podamos ser, siempre van aparecer. Con el tiempo las situaciones cambian en una familia, no es lo mismo como somos recién casados, que al pasar 6 años, nacen los hijos, en el trabajo también hay cambios, todo a nuestro alrededor cambia, los cambios producen crisis. El punto es que los cambios y las crisis requieren ajustes, no debemos dejar ahí los problemas que sigan, debemos enfrentarlos, para ello se requiere de sabiduría, de madurez, se requiere de Dios.
Al enfrentar los conflictos en la vida familiar con la sabiduría de Dios, somos modelos a nuestros hijos, para que cuando tengan su matrimonio aprenderán a enfrentar sus conflictos; dejando a un lado los modelos del mundo. Las dificultades que tenemos en el hogar son permitidos por Dios con un propósito, y el esposo, la esposa los hijos, cada uno con sus debilidades y fortalezas, son instrumento de Dios para fortalecer nuestra fe, carácter y para hacernos modelos para la gloria del Señor.
4. Cultivar la vida espiritual.
Josué 24:14-15 14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Para desarrollar la familia debemos tener nuestra confianza en el carácter santo de Dios. Él es soberano, a veces lo cantamos, lo danzamos, lo decimos de muchas maneras, pero no lo vivimos. Él quiso que tuviésemos a esa esposa, ese esposo. En su soberanía perfecta, el éxito que tengamos con nuestra familia se va a deber a la confianza que podamos tener en ese Dios que es perfecto, que es eterno, que sabe hacer las cosas bien.
¿Cuál es el Dios que reina en tu familia? ¿Cuánto le conoces? ¿De qué tamaño es ese Dios?
Muchas veces las cosas no van bien porque no confiamos en ese Dios soberano, todopoderoso, sanador, sustentador, restaurador, que hace milagros y que puede cambiar a su conyugue o a sus hijos; y además puede hacer que la familia cumpla sus propósitos. Cuando ponemos nuestra confianza en Dios, cuando lo colocamos en el lugar que le corresponde en el hogar pasan grandes cosas.
  • Temed
  • Servidle
  • Integridad
  • Verdad
1 Timoteo 3:1-13 1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. 8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.
 5. Tomar dediciones.
Josué 24:14-15 14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
6. Practicar o poner en practica nuestra fe.
Josué 24:16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; 
Conclusión:
Recordemos su misericordia y su favor

Josué 24:17-18 17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. 18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios. Dios tiene para nuestra familia una vida gloriosa, victoriosa, poderosa, una vida óptima. Si Cristo es el Señor de su vida, está permitiendo que controle su vida y a su familia para gloria de su nombre. Como creyentes, no seamos familias que negamos la fe al no proveer para nuestra casa. Ese proveer es hacer todo lo necesario para que nuestra familia cumpla la voluntad de Dios; nuestra familia debe ser el más hermoso testimonio de que Cristo reina en nuestra vida Iglesia Evangélica “Palabras de Poder” San Fernando-Cádiz